Reseña literaria de Repertorio de Imágenes
Autor: Miguel Ángel Morales Beiza
Editorial Rotación, Colección TintArena, 2015
Repertorio de Imágenes es un poemario que parece fluir desde la respiración misma del mundo. En sus páginas no se cuenta una historia ni se busca un hilo narrativo tradicional; más bien, se presenta un caleidoscopio lírico donde la imagen poética se convierte en materia prima y destino.
El tema principal gira en torno a la contemplación del ser en relación con la naturaleza, el amor y la memoria. El poeta no impone significados, los evoca. Sus versos están poblados de mar, aire, orquídeas, cuerpos, manantiales y silencios: elementos que se convierten en símbolos de un yo poético que observa y se deja habitar por lo que observa. Hay un claro espíritu místico, sensual y meditativo, pero sin dogmas.
El estilo de Morales Beiza es liviano pero profundo, cargado de sensorialidad y musicalidad suave, con un gusto por el fragmento y la imagen fugaz. No teme al silencio ni al susurro. Su poesía es de esas que más que decir, invitan a quedarse a mirar. Por momentos recuerda al simbolismo francés, por otros, a las pulsiones de un romanticismo tropical, donde el Caribe se respira como presencia sagrada.
Uno de los aportes del libro es su capacidad de volver a lo esencial, de sugerir que la palabra no necesita adornos para conmover, sino verdad emocional. Además, su inclusión dentro de un proyecto editorial comunitario da testimonio de una poesía hecha no solo para el libro, sino para su gente, su región y su época.
Sin embargo, el Repertorio podría beneficiarse de una mayor tensión interna entre poema e imagen. A veces, su voz se mantiene en una constante atmósfera contemplativa, que aunque bella, corre el riesgo de homogeneizar el asombro. En algunos textos, se echa de menos un giro más audaz o una grieta que incomode.
Aun así, la propuesta de Morales Beiza se agradece por su honestidad y su forma de rendir tributo a lo invisible. Este libro no exige ser comprendido, sino sentido. Es un repertorio de luz, sombra y reflejos. Y como todo buen poemario, deja en quien lo lee una estela, más que una conclusión.